En octubre de 2018, Marruecos cerraba la aduana comercial con Ceuta y Melilla por decisión unilateral. A principios del 2020 ordenaba eliminar la palabra “frontera” en sus comisarías fronterizas en Ceuta y Melilla y, en el mes de marzo del mismo año, se anunciaba el cierre de todas las fronteras de Marruecos con España para prevenir el impacto y expansión del coronavirus. Este cierre de fronteras, que ahora cumple dos años, ha tenido un grave impacto en diversos sectores económicos, como el turismo (España es el segundo país emisor de turismo a Marruecos, después de Francia), el agricultor (por los contratos de temporada, como el de la fresa) y el relacionado con los empleos llevados a cabo por los trabajadores transfronterizos (transporte, comercio, servicio doméstico, etc.).
En protesta por los efectos de esta decisión, en el caso de Ceuta, desde septiembre del 2021 los trabajadores marroquíes se concentran todos los lunes ante la Delegación del Gobierno en Ceuta para exigir una solución y reducir el impacto de esta medida en su economía. Pero lo cierto es que la medida no está únicamente relacionada con la cuestión sanitaria; ya en el 2019 Marruecos cerró la aduana con Melilla y acabó con el contrabando en Ceuta, dirigiendo un impacto directo a la economía sumergida transfronteriza.
Además, el cierre de las fronteras por el tema sanitario coincide con una escalada de tensiones entre Marruecos y España, desde la cuestión del Polisario hasta la relación energética con Argelia.
A comienzos de este año, aunque Rabat dio por superada la variante ómicron y abrió los cielos marroquíes para reactivar los vuelos, el paso terrestre y marítimo hacia Ceuta y Melilla sigue cerrado, afectado no solamente por la evolución de la situación sanitaria, sino por la atención a la cuestión estratégica del futuro económico de ambas ciudades y su relación con el espacio Schengen y la integración en la Unión Aduanera, así como la regularización económica de la frontera. En este sentido, el Gobierno central espera tener un plan para ambas ciudades para junio de este año y reducir así su dependencia económica de Rabat.
Imagen: El Pueblo de Ceuta.