El ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, y su homólogo marroquí, Naser Burita, han anunciado en conjunto, tras el encuentro que mantuvieron ayer en Nueva York, que las aduanas de Ceuta y Melilla abrirán a lo largo del próximo mes de enero.
En este sentido y como continuación del acuerdo alcanzado por los dos países el pasado 7 de abril, al paso fronterizo ya existente en Melilla, se unirá una nueva instalación aduanera en Ceuta.
La histórica presencia de aduanas comerciales entre España y Marruecos se remonta a la Convención Hispano-marroquí de Fez de 31 de julio de 1866, que establecía el servicio de aduanas en las fronteras de Ceuta y Melilla. En 1867, el acuerdo se hizo efectivo, si bien sólo en Melilla, debido a las revueltas sociales en el territorio alauí, no siendo hasta la firma del Acuerdo de Madrid de 17 de noviembre de 1910 cuando se produce la instalación efectiva en ese lado de la frontera.
Desde que fuese habilitado el recinto aduanero de Beni Enzar (Melilla) para el tráfico de mercancías en 1958, este ha permanecido abierto 24 horas los 365 días del año, siendo el único paso que hasta el momento ha funcionado como aduana comercial. Regulado por el Código de Fronteras de Schengen, el paso fronterizo de Beni Enzar es el más oriental y de mayor afluencia de personas y vehículos.
En 2015, las autoridades marroquíes presentaron al Gobierno español un proyecto para un nuevo recinto aduanero incluido en un nuevo paso fronterizo, denominado «Mar Chica», ubicado entre los actuales de Beni Enzar y Barrio Chino. A pesar de este proyecto, la aduana marroquí de Beni Enzar dejó de despachar mercancía procedente de España el 1 de agosto de 2018. No obstante, y hasta el cierre de marzo de 2020, la aduana española seguía despachando productos de entrada desde Marruecos como áridos, frutas y hortalizas o pescado con total normalidad. Previamente, la Administración de Aduanas e Impuestos Indirectos del Reino de Marruecos decretaba, de manera unilateral, que solo admitía importaciones llegadas por vía marítima, bloqueando la entrada de mercancías por vía terrestre.
Albares y Burita han anunciado conjuntamente «la normalización del tráfico de personas y mercancías por vía terrestre y marítima». Además, informaron de la celebración de una Reunión de Alto Nivel en Rabat, que está programada para el próximo mes de noviembre, un encuentro que no se produce desde 2015. Así, José Manuel Albares afirmó tras el encuentro: «Hemos acordado trabajar para el inicio del paso de mercancías de manera ordenada y gradual».
Por su parte, Naser Burita confirmó la intención de Marruecos de cumplir con lo acordado en la declaración del 7 de abril suscrita por el presidente Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI, donde se preveía la apertura de las aduanas. Del mismo modo, afirmó que los dos países se coordinarán para «un retorno a la normalidad eficaz» en lo relativo al paso de personas y mercancías. El ministro marroquí subrayó la confianza en que los dispositivos necesarios se pongan en marcha desde enero «en el marco de una cooperación franca entre socios y amigos».
El anuncio de la apertura gradual de la aduana comercial de Melilla y la ejecución de una nueva instalación aduanera en Ceuta, parece despejar las dudas en cuanto a la configuración de las nuevas relaciones fronterizas con nuestro principal socio comercial y estratégico en la región.
Se abre así un nuevo espacio de oportunidad para que los territorios españoles en el norte de África establezcan posiciones que pongan en el centro los intereses económicos y de seguridad nacional de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, en lo que supondría el retorno a la normalidad para el tránsito de personas y mercancías entre ambos países.
No obstante, y como herencia de las recientes alteraciones en las relaciones diplomáticas entre ambos vecinos, caracterizadas por la ejecución de instrumentos de presión sobre España por parte de Marruecos para la consecución de sus objetivos (como el paso de más de 10.000 personas por la valla de Ceuta el año pasado, la aprobación en el 2020 de una ampliación de las aguas territoriales marroquíes hacia la zona exclusiva de las Islas Canarias o la imposición del cierre de fronteras entre ambos países), el acuerdo deja lugar para una reflexión que se adentra en una dimensión caracterizada por la existencia de dudas e inquietudes sobre las garantías de cumplimiento de este este nuevo acuerdo fronterizo por parte del Reinado de Marruecos y, también, de su sostenibilidad en el tiempo.