En una entrevista con el diario El Mundo del pasado 20 de junio, John Bolton, quien fuera Consejero de Seguridad Nacional con Donald Trump, se muestra a favor de la celebración de un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental y explica su visión sobre el Sáhara, Marruecos y la crisis de Ceuta. En lo que respecta a Marruecos y el Sáhara Occidental, Bolton demuestra tener posiciones complejas e inesperadas teniendo en cuenta su imagen pública como uno de los ‘halcones’ más duros e intervencionistas de EEUU.
John Bolton, que critica la poca atención que recibe el Sáhara Occidental en Washington, ha sido uno de los pocos funcionarios o políticos estadounidenses que han demostrado interés y compromiso con el Sáhara Occidental en las últimas décadas. De éstos, sólo quedaría en activo el senador por Oklahoma Jim Inhofe, uno de los principales aliados de Trump en el Senado. De hecho, parece que una agria disputa entre Inhofe y Trump fue lo que facilitó el acuerdo con Marruecos y el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Bajo su mandato como consejero de Seguridad Nacional, Bolton habría gestionado e impulsado unas negociaciones con Marruecos y el Frente Polisario para poder organizar un referéndum, llegando incluso a amenazar en 2018 con bloquear la renovación de MINURSO (la misión de la ONU para el Sáhara Occidental) si no había progreso de ambas partes hacia la celebración del plebiscito. Bolton combina su preocupación de 30 años por el Sáhara Occidental con un realismo duro en su visión de la política internacional, entre otras cosas, quitándole valor a Naciones Unidas.
En relación con el contencioso del Sáhara, Bolton reconoce la importancia de la estabilidad en el norte de África, el peligro del terrorismo islámico y la necesidad de que no empeore la relación entre Marruecos y Argelia. Precisamente considera que un referéndum para el Sáhara Occidental eliminaría uno de los puntos principales de fricción en la relación bilateral entre Argelia y Marruecos y contribuiría considerablemente a la estabilidad de la región.
Sobre Marruecos mantiene una posición equilibrada, reconociendo, como se ha dicho, su importancia para la estabilidad de la región, pero criticando las políticas marroquíes, que además considera que van en contra de los propios intereses de Rabat. Menciona el caso de la crisis de Perejil y la obstinación marroquí sobre el Sáhara como ejemplos de cómo la política exterior marroquí perjudica sus propios intereses, pues según él lo que verdaderamente favorecería a Marruecos sería resolver sus disputas territoriales y abrirse a la inversión exterior y al comercio.
Lo mismo opina sobre la reciente crisis en Ceuta, considerando que la agresiva presión que Marruecos ejerce sobre sus vecinos es un factor desestabilizador. Sobre el papel de España, considera que los problemas domésticos que sufría en 1975 fueron un factor clave a la hora de impedir la independencia del Sáhara y que por lo tanto es razonable que España se sienta responsable por la situación del Sáhara Occidental.
Bolton abandonó la administración estadounidense en 2018 con graves reproches y acusaciones hacia Trump y con él parece que se fue la última oportunidad de que EEUU promoviese el referéndum para el Sáhara Occidental. Ya al final de su mandato, Trump revolucionaba la política exterior estadounidense anunciando el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental en el marco de los Acuerdos de Abraham. Queda por ver si la administración Biden recupera algo de legado de Bolton en los próximos meses.